redes ópticas, Redefinido.
agosto 13, 2020

Hacia el largo recorrido: 400G e interconexión del centro de datos

Entre otros factores, la explosión de la computación en la nube y la evolución hacia el Internet de las cosas (IoT) y 5G han creado una enorme presión sobre los centros de datos para aumentar tanto la capacidad de la red como la capacidad de responder a la imprevisibilidad del patrón de tráfico.  

Actualmente, este fenómeno está impulsando a la industria a producir nuevas soluciones para DCI, o interconexión de centros de datos, y ya ha producido una serie de tendencias prometedoras. Estos abarcan la gama DCI, desde conexiones de corto alcance dentro y alrededor de los centros de datos hasta conexiones metropolitanas y de larga distancia. Gran parte del enfoque actual está en la adopción a corto plazo de esquemas de rendimiento de 400 gigabits por segundo (400G), mientras que otras velocidades de datos y tecnologías continúan desempeñando funciones de apoyo en un panorama en evolución.  

Dentro del espacio de corto alcance, por ejemplo, la tecnología de modulación de amplitud de pulso (PAM) ha pasado a la vanguardia. PAM es una alternativa eficiente y rentable a los enfoques basados en la arquitectura que se utilizan tradicionalmente para desarrollar una mayor capacidad. Un ejemplo es PAM4, a través del cual los transceptores ópticos pueden utilizar un láser en lugar de cuatro y lograr un rendimiento de 100 gigabits por segundo en una sola fibra. La tecnología se puede aplicar a las arquitecturas existentes, sirviendo para duplicar la tasa de bits. Cuando la amplificación y la compensación de dispersión se incorporan al sistema, PAM4 también se puede utilizar para distancias más largas.  

El espacio de larga distancia también ha visto soluciones de redes de alta velocidad implementadas de manera proactiva como una forma de "preparación para el futuro". Aunque las tasas de bits más altas generalmente significan rangos más cortos, la conectividad general aún aumenta con la implementación de alta velocidad. Por ejemplo, un DCI con capacidad para 200G solo puede alcanzar la máxima velocidad dentro de la proximidad más pequeña del metro, pero también puede operar a 100G para aplicaciones de larga distancia que requieren un mayor alcance óptico. Lo mismo se aplica a las implementaciones de 400G, en las que admitir construcciones de redes DCI de larga distancia de 200G es un motivo frecuente para la adopción temprana de 400G.  

Otra capacidad emergente vista en todo el ecosistema del centro de datos es la programabilidad. Las interfaces que se pueden ajustar para optimizar la capacidad en respuesta a la demanda de ancho de banda en tiempo real aumentan la capacidad de los operadores para responder a la imprevisibilidad. Incorporar este tipo de flexibilidad también es otra forma en que los operadores pueden "preparar el futuro" de sus redes. 

Aunque el despliegue de 400G aún se encuentra en sus primeras etapas, la motivación de la industria para impulsarlo es fuerte. Además de aumentar la capacidad de transporte de tráfico y reducir los costos operativos, 400G ofrece una huella más pequeña y un menor consumo de energía en comparación con los esquemas de velocidad de datos más antiguos. Es una tecnología desarrollada como respuesta a una tremenda presión, que ofrece una gran promesa a cambio.